El poema figura escrito en el año de
1925, y se encuentra inmediatamente después del “Intermedio”.
En líneas generales podemos mencionar que es uno de los poemas donde no aparece
mencionada la ciudad. El mismo título nos ofrece una idea vinculada a lo
natural. Si en poemario se puede percibir la tención ciudad – campo, este poema
puede ofrecernos un claro ejemplo de ello, pues es significativo que aparezca
después del poema “Reclam”, donde la presencia de la urbe es patente. A nuestro
parecer los poemas mencionados funcionan como contracaras el uno del otro, y a
la vez se complementan.
Segmentación.
El poema consta de siete versos, cuya
disposición en la página en blanco no obedece a una distribución estrófica
regular sino que, salvo el tercero y cuarto, son versos que se distribuyen de
acuerdo al juego con la página en blanco, es decir, no hay una vinculación
espacial entre ellos. A demás su métrica es irregular, variando de los versos
de cuatro sílabas métricas hasta las de once.
Una lectura más profunda nos
permitirá dividir el poema en dos segmentos. El primero de ellos comprende
desde el verso uno hasta verso cuatro, y al cual llamaremos “El futuro volar de las rosas”. En este
segmento los elementos predominantes son los vinculados con el mundo vegetal,
árboles y rosas, y que son los elementos propios de un jardín, además hay una
acción directa de estos elementos sobre las creaciones humanas. El segundo
segmento comprende los tres últimos versos, y lo llamaremos “El carácter fertilizante de las lágrimas
del niño”. Aquí podemos notar que es lo humano que tiene una acción sobre
lo natural, pero que funciona como una especie de complemento del segmento
anterior.
Campos figurativos.
En el primer segmento podemos notar la
presencia de la región figurativa de la metáfora, perteneciente al campo
figurativo del mismo nombre en: “Los árboles cambian / el color de los vestidos”.
En estos versos se pueden notar la acción directa de la naturaleza sobre las
creaciones humanas, en este caso los vestidos. En el poema “Reclam”, que habíamos
señalado como un poema complemento de este, leemos: “y el ruido de los
clacksons ha puesto los vestidos azules”. Como se ve en este poema, la
naturaleza forma parte del espacio urbano: “Hoy la luna está de compras/ Desde
un tranvía/ el sol como un pasajero/ lee la ciudad”, pero en el poema
analizado, al no existir la presencia de la ciudad son los árboles los que
ocupan el lugar de agentes dinámicos. No vemos la confluencia de naturaleza –
urbe, sino la presencia patente del primero. Al encontrar dicha libertad todos
los elementos adquieren autonomía, por ello leemos la siguiente metáfora: “las
rosas volaran / de sus ramas”.
Pero cabe resaltar que en este
segmento hay dos tiempos claramente distinguibles por el uso de las
conjugaciones verbales en presente y futuro: “cambian” y “volaran”. Esto nos
indica que hay una acción presente que producirá una acción futura. Hay una
clara asociación causa – efecto. Se puede colegir lo siguiente, cuando la
naturaleza empiece a actuar sobre los objetos de creación humana, entonces habrá
una libertad de la misma. Mencionaremos el poema siguiente titulado “Mar”,
donde leemos: “Y el doctor Leclerk / oficina cosmopolita del bien/ obsequia
pastillas de mar”. Se puede notar, no obstante lo mencionado por la crítica
como un afán de naturalizar la urbe, que la naturaleza se ha convertido en un
producto manufacturado; en el poema “Jardín”, esta puede volar e influir sobre
la vida humana.
En el segundo segmento notamos la
presencia de la figura de la metonimia, perteneciente al campo figurativo del
mismo nombre, pues mirada reemplaza a ojos. Las lágrimas del niño fecundan la
tierra, hacen crecer a la luna. El símil, del campo figurativo de la metáfora, “LA
LUNA CRECERÁ COMO UNA PLANTA”, nos refiere un emparejamiento luna – planta. Notemos
que la luna estaba en un rincón, son las lágrimas del niño que la libran de ese
estado de olvido, y empieza acrecer. Lo dicho anteriormente nos hace pensar que
la luna, planta aún, esta por convertirse en un poste cósmico, pues se vincula
al subsuelo, al mundo de los hombres y se eleva hacia el cielo. Se buscaría, en
ese sentido, otro orden basado en la naturaleza. Como en el segmento anterior
se puede notar dos tiempos: presente y futuro: “echa” y “crecerá”. Entonces esa
formación del poste cósmico se hará en un futuro.
La presencia del niño es
significativa, pues como lo señala Raúl Bueno en su libro Poesía hispanoamericana de vanguardia. Procedimiento de interpretación
textual, en su capítulo dedicado al análisis del poemario de Oquendo,
señala que las figuras del loco y del niño son las que se ligan con la poesía,
salir de la condición de niño sería alejarse de la poesía. Dentro del poemario
la figura del niño se vincularía con la no sujeción a las normas sociales
imperantes en la urbe, y sombre todo se vincularía con el pasado, con el campo,
donde están la figura de la madre y de la amada. El niño es una figura natural.
Gracias a la acción del niño la luna volverá a su estado natural: al cielo.
Podemos realizar el emparejamiento
siguiente: árbol – niño / flores – luna. Quedando así una especie de reflejo
entre ambos segmentos, el poema sería una especie de espejo.
Interlocutores:
Podemos notar la presencia de un hablante
lírico que describe lo que está viendo en un ahora, y que además tiene la
facultad de proyectarse a una futuro. No notamos la presencia de un alocutario
representado, por lo que el poema se presenta como un soliloquio, como ocurre
con muchos de los poemas de libro. Sin embargo, valga recordar, que cuando aparece
un alocutario representado, este no tiene una presencia concreta, sino que se la
trae del pasado, vive en el recuerdo.
Visión del mundo.
El poema se presenta como complemento
del poema “Reclan”, y a su vez notamos que hay una complementariedad interna
entre los dos segmentos. La idea de complementariedad es fundamental en el
mundo andino, pues permite el ordenamiento de su cosmos. El poema sugiere la
idea de una superación del espacio urbano y de sus normas imperantes, para
poder dar mayor libertad a la naturaleza en un futuro y encontrar un verdadero
orden, más humanizado y armonioso.
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